Los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional han desarticulado una de las principales organizaciones que traficaba con cocaína en España, se han incautado 338 kilos de esta droga, más de dos millones de euros en metálico, trece vehículos -muchos los cuales con doble fondo-, 523 plantas de marihuana, joyas de gran valor e inhibidores de frecuencia.
La macro organización estaba integrada por un total de siete personas de diferentes nacionalidades -española, colombiana, venezolana y mexicana- que se encargaba de recibir la cocaína por vía marítima y, posteriormente, distribuirla en todo el Estado español, según han informado ambos cuerpos policiales.
Los hechos se remontan al 10 de julio de 2015, cuando una mujer fue secuestrada ante la deuda de 15.000 euros que, según los secuestradores, había contraído con ellos por un tema relacionado con el tráfico de drogas.
La detención de los dos secuestradores permitió determinar que formaban parte de una organización criminal dedicada al tráfico de cocaína, lo que dio pie a seguir la investigación para determinar su origen. Esto permitió detectar una macro organización que recibía la cocaína a través de diferentes puertos españoles. La droga llegaba perfectamente tratada para ser distribuida.
El líder de la banda es un hombre de 36 años con doble nacionalidad, colombiana y venezolana, que residía en la parte alta de Barcelona. Este hombre, según han explicado los Mossos, disponía de dos lugartenientes que se encargaban de las transacciones y el cobro del dinero a las otras organizaciones a las que suministraban la cocaína, dando cuenta posteriormente al líder y haciéndole entrega en su domicilio del dinero obtenido.
Los investigadores han explicado que “el líder de la banda había sido, años atrás, administrador de varias empresas dedicadas a la mensajería con sede en Tarragona”. Actualmente estas empresas ya no estaban activas, pero “había decidido crear una vinculada al sector cosmético con el fin de blanquear los altos beneficios económicos obtenidos de la actividad delictiva”. Para llevar a cabo esta práctica se había asociado con especialistas del sector, “ajenos a la actividad criminal”.
La colaboración entre los Mossos y la Policía Nacional permitió localizar una nave en Viladecans donde se reunía la droga y se escondía en vehículos de gama alta, todos ellos perfectamente equipados tecnológicamente para ocultarla a través de falsos fondos dotados de instrumentos tecnológicos que les hacían imperceptibles.
Estos escondites los realizaba un hombre de nacionalidad mexicana, que la banda criminal había traído directamente desde México, porque era considerado uno de los mejores especialistas en esta tarea.
En el transcurso del dispositivo final, que tuvo lugar durante la madrugada del día 18 de marzo, se realizaron seis entradas y registros en un domicilio de Barcelona, un piso, un parking y una nave industrial de Viladecans, así como dos domicilios de Tarragona.