Los sindicatos de la educación, que apoyaron el 1 de octubre, acuden a la huelga a partir de este martes en protesta por la gestión del conseller, Josep González-Cambray. Quieren forzarle a retirar medidas como el adelanto del curso escolar, pero también reclaman una inversión en educación del 6% mínimo, la reversión de los recortes, la estabilización del personal interino, cobertura legal por la inmersión y la dimisión del conseller. Además, rechazan el nuevo currículum y exigen una negociación real.
Por todo esto han convocado cinco días de huelga en infantil, primaria y secundaria: estos martes, miércoles y jueves y también el 29 y 30 de marzo. Y, además, es unitaria, porque la secundan todos los sindicatos (USTEC-STEs, UGT, CCOO, Aspepc-sps, Intersindical, CGT y USOC). A este calendario de las protestas hay que añadir el paro convocado el 23 marzo por la sentencia que obliga a dar el 25% de clases en castellano.
La modificación del calendario escolar, una decisión unilateral del Departamento de Educación, encendió a los sindicatos, que protestaron ante la conselleria y se cerraron para forzar una reunión con González-Cambray, que acabó sin acuerdo. Los sindicatos han amenazado con no empezar el curso si no se retira esta modificación.
Los profesores reclaman un incremento de la inversión en educación para que llegue al 6% del PIB catalán, como dice la Ley de Educación de Catalunya porque, en la actualidad, no llega al 4%. También exigen volver a las condiciones laborales anteriores a los recortes de 2010 y piden el regreso al horario lectivo de este curso como "como reivindicación irrenunciable", una reducción de las ratios y que no se cierre ningún grupo a la pública.
Los docentes critican que el nuevo currículum se les hiciera llegar a finales de enero "durante el peor momento de la gestión de la covid en los centros", según han denunciado las direcciones de Barcelona, "y sólo con una semana para valorarlo y poder realizar aportaciones". En secundaria, añaden, se impone un cambio "profundo de transformación educativa", que deberá aplicarse en septiembre, "sin tiempo para un debate pedagógico en los centros".
Los convocantes piden también un pacto de estabilidad para las plantillas debido al elevado porcentaje de interinos e instan a estabilizar ese puesto de trabajo teniendo en cuenta los méritos y la experiencia. Los maestros exigen la asunción de responsabilidad del Departamento en la defensa de la inmersión lingüística y la cobertura legal de todo el personal de los centros frente a la aplicación de la sentencia del TSJC sobre el 25% de clases en castellano.
Por último, los sindicatos exigen la dimisión del conseller Josep González-Cambray y que haya una "negociación real" sobre las cuestiones planteadas. Todas estas reivindicaciones las han trasladado las direcciones de los centros públicos de Barcelona al conseller de Educació, en una carta que le han hecho llegar este martes en la que reclaman que les escuchen para "construir juntos un sistema educativo público de calidad".