Una cincuentena de vecinos de Ciutat Vella se han concentrado este miércoles en la plaza Traginers para denunciar que los narcopisos “se extienden hacia otras zonas de Barcelona”. Actualmente, hay una veintena de pisos en el Raval donde se consume droga, pero los vecinos aseguran que este fenómeno se ha extendido hasta los barrios del Gótico y Sant Antoni, donde hay contabilizados cuatro narcopisos en cada barrio. La movilización vecinal ha contado con la participación de representantes de distrito de Barcelona en Comú, ERC, PSC y Ciudadanos
Carlos, portavoz de la Asociación de Vecinos Robadors-Picalquers- Roig, ha denunciado que “aún están pendientes” los compromisos que adquirió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con los vecinos. “El problema que tenemos es que hay una migración circular, a medida que se cierran narcopisos, éstos se desplazan hacia otras zonas donde todo está abierto”.
Las entidades vecinales piden “una intervención más radical” y critica que el Ayuntamiento “está poniendo parches para solucionar un problema que necesita una intervención urgente”. “No es admisible que cualquier extranjero venga a nuestras calles a drogarse, a hacer sus necesidades o tener sexo, cuando todo esto está prohibido por la normativa municipal”, afirma Carlos.
Daniel Milian, otro de los vecinos afectados, ha afirmado que “volvemos a ver situaciones similares a las de hace 25 años” y ha denunciado “la sensación inseguridad que sufrimos y la degradación que vive el barrio como consecuencia del tráfico y consumo de drogas”.