La alcaldesa de Barcelona ha eludido responsabilidades sobre los atentados de Barcelona en una entrevista en Rac1. Colau ha afirmado que "el Ministerio de Interior puso en marcha mecanismos insuficientes, y la Generalitat debería hacer autocrítica".
Las declaraciones de la alcaldesa de la capital catalana no han contado con la autocrítica que reclama a la Generalitat. Colau no ha querido recordar que el Ayuntamiento no instaló bolardos en La Rambla de Barcelona hasta el 12 de diciembre de 2017, casi cuatro meses después de que sucedieran los atentados. Hoy se cumplen cuatro años de los atentados de Barcelona y Cambrils que dejaron 16 muertos y más de 140 heridos.
Colau afirma que "la administración debe hacer autocrítica, puede hacer mucho más". La alcaldesa de Barcelona acusa al Ministerio de Interior de utilizar "mecanismos insuficientes" y a la Generalitat de "no haber hecho en cuatro años ningún tipo de dispositivo para atender a las víctimas".
La reacción por parte de otras grandes ciudades europeas fue más rápida, aunque Barcelona ya era conocedora de los antecedentes de atentados en otras zonas de Europa. Niza, Francia, fue la primera ciudad que colocó bolardos y cadenas de metal en el paseo Marítimo. Allí tuvo lugar el atentado con atropello de un camión en 2016 que acabó con la vida de 86 personas y dejó a más de 400 heridos.
En Berlín, Alemania, también se actuó rápidamente con la colocación de barreras tras el atentado que mató a 12 personas en el mercado navideño de la ciudad, el 19 de diciembre de 2016. En el Reino Unido se colocaron obstáculos en ocho de los puentes que cruzan el río Támesis después la embestida terrorista con un coche el 3 de junio de 2017.
A pesar de los antecedentes, el antiguo primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, también optó en su momento por culpar a Interior. Defendió que en la Rambla no contaban con obstáculos para vehículos porque "las medidas de seguridad antiterrorista las determinan los responsables de Interior"
Este cuarto aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils es el primero que tiene lugar con los tres miembros de la célula yihadista que sobrevivieron condenados. Dos de ellos fueron condenados a penas de 53 y 46 años por pertenencia a organización terrorista, fabricación de explosivos y estragos en tentativa en concurso con 29 delitos de lesiones. El tercero fue condenado a 8 años como colaborador. Algunas de las acusaciones particulares y populares pedían que fueran condenados por homicidio. La sentencia no es firme y las víctimas la recorrieron.