El Ayuntamiento de Barcelona, el Área Metropolitana y la Generalitat, que es quien tiene sus competencias, han acordado una modificación de la ley del taxi que acabará definitivamente con los bicitaxis, que hasta ahora actuaban de forma alegal.
Sin embargo, éste no es el único problema de la ciudad, ya que la capital catalana también sufre okupaciones -sólo Cataluña registra el 43% de las que se producen en el Estado-, los manteros y los lateros, que desarrollan la mayor parte de su actividad en la Barceloneta y en el centro de la ciudad; entre otros.
El teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, después de la primera reunión del grupo de trabajo dedicado a esta cuestión; ha celebrado la medida porque "no es coherente con la imagen y el mensaje que quiere dar la ciudad de Barcelona", enfocado a un "turismo de calidad".
Por último, Collboni aseguró que la actividad del bicitaxi es "una fuente de precariedad de todo tipo" y anunció multas de hasta 6.000 euros. "Las actividades ilegales vinculadas a la economía del visitante no debemos permitirlas", ha sentenciado.