El conseller de Interior, Miquel Buch, no hizo ninguna mención en la rueda de prensa de ayer que un colectivo musulmán rompiera el confinamiento en Lleida para hacer una llamada a la oración del Ramadán desde la Seu Vella con el visto bueno del Ayuntamiento, gobernado por Esquerra.
Buch no dijo nada sobre los hechos a pesar de que fueron noticia destacada por muchos medios durante el fin de semana y que partidos como el PP denunciaron "una doble vara de medir" en el Ayuntamiento de Lleida para permitir que miembros de la comunidad musulmana pudieran romper el confinamiento para hacer una llamada a la oración.
El titular de Interior informó sobre la actividad policial de las últimas veintidós cuatro horas, se refirió al tráfico de entrada y salida del área metropolitana de Barcelona y criticó que el Gobierno español no aplicara las "franjas horarias" en la salida de los niños.
Miquel Buch ya hizo la vista gorda el pasado 20 de abril cuando e-notícies le preguntó por unos hechos similares en El Vendrell, donde el imán hizo una oración con megafonía previa al inicio del Ramadán y muchos fieles decidieron salir a la calle para seguir la oración de cerca.
El conseller admitió entonces que "no tengo conocimiento" del vídeo de los hechos, pero remarcó que "el pediré cuando termine la rueda de prensa". Sin embargo, ha señalado que "independientemente de las religiones que hay en el país, el confinamiento es para todos igual".
Finalmente, advirtió que "el cumplimiento de este confinamiento debe tener cualquier tipo de persona que acuda a un oratorio, una iglesia o donde sea..." "Todo el mundo tiene las mismas condiciones y la misma legalidad. Por tanto, las condiciones son las mismas", concluyó.