Emisarios del ex presidente de la Fundación Orfeó Català, Fèlix Millet, han tratado, sin éxito, de sobornar al menos a uno de los interventores de las cuentas del Palau, según informa El País. Los mensajeros pretendían infiltrar a un topo dentro del equipo fiscalizador para que ayudase a los acusados a encubrir el escándalo, bien destruyendo pruebas, bien informándoles del curso de las investigaciones.
Estos emisarios propusieron al menos a uno de los auditores del Palau
que pusiese precio a su lealtad, ofreciéndole ingresar el dinero en una
cuenta opaca en Suiza. Se han rastreado un centenar de cuentas
bancarias y se han hallado movimientos sospechosos en 10 de ellas: las
que Millet y Jordi Montull, ex director administrativo de la fundación-
empleaban presuntamente para el desvío de fondos. En una de esas
cuentas, domiciliada en una entidad helvética, se ingresaron cerca de
dos millones de euros.
El único auditor que ha confesado a sus superiores haber recibido esta
oferta ha renunciado, por falta de pruebas, a presentar denuncia. Por
otra parte, El País asegura que el nuevo director general, Joan
Llinares, ha recibido amenazas de muerte mediante llamadas telefónica
y que tanto él como Mariona Carulla, nueva presidenta del Orfeó, han
sido objeto de seguimientos. Por ello se hn visto obligados a contratar
a una empresa privada de seguridad.