El Open Arms, que lleva trece días en aguas del Mediterráneo con 147 inmigrantes rescatados, ha esquivado la ley y las condiciones del Gobierno español que autorizaron su salida del puerto de Barcelona el pasado 17 de abril. La Capitanía Marítima de Barcelona permitió a la ONG zarpar a Samos y Lesbos, pero sólo para transportar material humanitario.
El barco no está autorizado a entrar en la región de búsqueda y rescate (zona SAR) del Mediterráneo ni tampoco a realizar operaciones de salvamento marítimo, salvo las que sean “de carácter espontáneo y ocasional”. En todo caso, el fundador de Proactiva Open Arms, Oscar Campos, ya advertido entonces que el rescate de personas era “una obligación legal y moral y un imperativo ineludible”.
A pesar de la normativa marítima, la ONG ha continuado con sus tareas de rescate en aguas internacionales del Mediterráneo. Hace catorce días que el buque espera que se le asigne un puerto seguro Perrin poder atracar y desembarcar los 147 inmigrantes que hay bordo.
La intención ahora del Open Arms es buscar resguardo en aguas territoriales italianas, cerca de la isla de Lampedusa, después de que la justicia italiana haya suspendido la prohibición firmada por el ministro del Interior, Matteo Salvini, que impedía a la ONG española entrar en aguas territoriales del país.
“Hemos ganado el recurso que interpusimos al tribunal administrativo de Italia contra el decreto de Salvini, es decir, podemos entrar en aguas territoriales italianas y no podrán ni arrestar al capitán del barco ni multarle”, ha anunció Camps.
Por su parte, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha anunciado que firmará otra orden para prohibir la entrada en el Open Arms. “Vivimos en un país en el que un abogado del Tribunal Administrativo del Lacio quiere dar permiso para desembarcar en Italia a un barco extranjero lleno de migrantes. Yo volveré a firmar en las próximas horas mi no”, ha asegurado.