Francia ha doblado los efectivos destinados a controlar la frontera para reforzar los controles contra la inmigración ilegal y el terrorismo tras los atentados terroristas que han sacudido el país galo y también Austria en los últimos meses. La fácil movilidad de personas dentro del entorno del espacio Schengen ha motivado Francia a reforzar el control de sus fronteras.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ya anunció a principios de mes que el país reforzaría los controles fronterizos en la lucha contra el terrorismo, el tráfico de drogas y la inmigración irregular tras los atentados. El presidente francés también informó que pediría "reformar en profundidad Schengen", cuestionando así el modelo migratorio implantado en el acuerdo firmado en 1995.
El espacio Schengen se creó para suprimir las fronteras comunes entre los estados integrantes y establecer controles comunes en las fronteras exteriores de estos países. En la práctica, el espacio Schengen funciona en términos migratorios como un solo país y permite que cualquier persona se desplace libremente de un país a otro de los estados miembros.
Los estados que forman parte del espacio Schengen son: Alemania, Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo , Malta, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Suecia y Suiza.
Más de 200 policías, gendarmes y militares se han incorporado a las dotaciones que controlan las entradas a Cataluña desde Puigcerdà hasta Portbou con un total de 400 efectivos y drones que se encargan de la vigilancia de carreteras, trenes y caminos de entrada en el país. También se han cerrado algunos de los pasos de montaña y no descartan que se puedan mantener clausurados permanentemente.
Francia ha sufrido en los últimos meses una serie de ataques perpetrados por terroristas islamistas que han puesto en alerta al país. El mes de septiembre un hombre hirió a cuatro personas con un cuchillo en las inmediaciones de la antigua sede del semanario satírico Charlie Hebdo.
El pasado 16 de octubre un profesor francés que había mostrado a sus alumnos una caricatura de Mahoma de la revista Charle Hebdo fue decapitado en la población francesa de Conflans-Sainte-Honorine, situada a unos 30 kilómetros de París. El profesor, durante una clase sobre libertad de expresión, habría mostrado a los alumnos en el aula unas caricaturas de Mahoma, lo que habría sido la motivación de su asesino.
El individuo que decapitó el profesor, que fue abatido por la policía, se llamaba Abdullah, era de origen checheno y tenía estatuto de refugiado. Dos padres de alumnos del instituto del profesor asesinato fueron detenidos así como cuatro familiares del atacante y otras dos personas del entorno del terrorista.
Un tercer ataque golpeó Francia el pasado 29 de octubre, cuando tres personas fueron asesinadas en un atentado terrorista con arma blanca en una iglesia católica del centro de Niza. El autor del ataque un tunecino de 21 años de nombre Brahim Aouissaoui que llevó a cabo la acción al grito "Alá es grande" con un cuchillo de grandes dimensiones poco antes de ser abatido por la policía.
Viena, la capital austriaca, fue la última localidad en sufrir un atentado terrorista. El pasado 2 de noviembre, al menos cinco personas fueron asesinadas en un tiroteo y 22 heridas -17 de gravedad- en un ataque terrorista armado perpetrado por islamistas que portaban armas largas.
Esa noche, una serie de ataques terroristas en cadena sembraron el pánico en el centro de Viena, cuando los cuatro atacantes tirotearon peatones en seis sitios diferentes. Un terrorista fue abatido por la policía.
El atacante neutralizado por la policía austriaca resultó ser un joven de 20 años, con doble nacionalidad de Austria y de Macedonia del Norte, nacido y crecido en Viena que en abril de 2019 había sido condenado a 22 meses de cárcel por intentar viajar a Siria para unirse a Estado Islámico que salió de la cárcel antes debido a la ley austriaca de reducción de penas.