Barcelona ha rendido hoy homenaje a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils en el cuarto aniversario del ataque. El acto se ha iniciado a las diez de la mañana en el memorial de las Ramblas ante el Liceo. Ha contado con un minuto de silencio mientras sonaban de fondo el Cant dels Ocells y que la ha seguido una ofrenda floral, primero por parte de víctimas y familiares y, posteriormente, por los representantes de las administraciones.
Una imagen muy diferente de la que se vivió el 26 de agosto de 2017, escasos días después de los atentados. Barcelona acogía una manifestación en contra del terrorismo en la que acudieron medio millón de personas, según la Guardia Urbana. Entre ellas -en aquel momento presidente del gobierno español- Mariano Rajoy y el Rey Felipe VI. La finalidad de la concentración pasó a un segundo plano para centrar todas las miradas en la pitada y los gritos de "fuera, fuera!" que recibieron tanto el monarca como el presidente.
Al ambiente de hostilidad con silbidos y gritos, lo acompañaron multitud de banderas independentistas catalanas y de pancartas que criticaban la venta de armas por parte de España a un país como Arabia Saudita.
Hoy la solemnidad ha reinado en un acto sin discursos en el que han asistido numerosas autoridades, además de las víctimas y familiares de las víctimas. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la presidenta del Parlament, Laura Borràs y representantes de los diversos grupos parlamentarios, han sido algunos de los asistentes al homenaje.