Vecinos de la avenida de Brisamar del núcleo marítimo de Coma-ruga (Baix Penedès), han puesto el grito en el cielo por la situación crítica que están viviendo debido a varias ocupaciones de chalets que han tenido lugar en los últimos meses en esta zona. A pesar de denunciar la situación a los Mossos y la policía local, hasta ahora los ocupantes siguen actuando con toda impunidad.
Según han explicado los vecinos a e-notícies, algunos de los ocupas muestran una actitud muy violenta, "con destrozos y peleas que, a veces, duran hasta altas horas de la noche". La última tuvo lugar hace pocos días, y fueron los propios vecinos los que avisaron a la policía. "Vinieron pero no detuvieron a nadie", añaden.
Fuentes policiales confirman que las ocupaciones las han llevado a cabo magrebíes venidos del área metropolitana de Barcelona, que aprovecharon el confinamiento para ocupar chalets y segundas residencias, ya que sus propietarios no se podían desplazar. "Desde los Mossos nos han dicho que hay algunos que son muy peligrosos", apunta una de las vecinas a este medio.
El estado de alarma y las restricciones de movilidad han hecho que en la zona haya muchos menos residentes que otros años, ya que muchas viviendas de Comarruga son segundas residencias. Esto ocurre con uno de los chalets donde hay más peleas, los propietarios son franceses y aún no han podido venir. Por eso no han podido empezar los trámites legales para echarlos de su propiedad.
Los vecinos que viven todo el año esperan que con la llegada de más propietarios durante las próximas semanas se pueda hacer "más fuerza" para hacer marchar los ocupas. El Ayuntamiento de El Vendrell tapió la semana pasada algunos inmuebles vacíos para prevenir nuevos empleos.
Otros ayuntamientos de la zona confirman que durante el confinamiento se han detectado ocupaciones -o intentos de ocupación- de segundas residencias. También ha habido robos en estas viviendas.