Las cuentas que la fundación Ramon Trias Fargas entregó entre 1999 y 2008 al Departamento de Justicia de la Generalitat para su fiscalización sólo recogen aportaciones de la entidad que presidía Millet por valor de 330.000 euros, cuando en realidad éstas ascendieron a 630.000 euros, según infoma El País.
El dinero ocultado suma 300.000 euros. Los balances entregados por la fundación nacionalista a la Sindicatura de Cuentas, órgano fiscalizador de la Generalitat, tampoco concretan el origen de las donaciones recibidas.
Felip Puig aseguró la semana pasada que todas las donaciones eran legales y que estaban documentadas en la Sindicatura de Cuentas. Sin embargo, la Sindicatura sólo tiene en su poder los balances de cuentas de la fundación, en los que no se detalla el origen de las donaciones recibidas.