Unas noventa personas han firmado un manifiesto en contra de la reforma de la inmersión impulsada por ERC, el PSC y los comunes y de la que se descolgó Junts porque consideran que constituye un "retroceso amenazante para el futuro de la lengua".
El texto remarca que "la incorporación explícita de la vehicularidad del castellano en una ley catalana representaría un paso atrás que el catalán no puede permitirse en la situación de debilidad actual, acentuada entre la población más joven".
También defienden que "el catalán es lengua de acogida para gente de todos los orígenes y es un patrimonio cultural a compartir" y añaden que "la generalización de la inmersión lingüística para garantizar su conocimiento sigue siendo un requisito indispensable para a la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos y para la plenitud del uso social del catalán en todos los ámbitos públicos”.
Los impulsores del manifiesto reclaman a los diputados "que voten en contra de la proposición de modificación legislativa", "que refuercen y aseguren el catalán como lengua del sistema educativo, así como el occitano en Aran" y que "que garanticen la no discriminación de los alumnos en su acceso al conocimiento y al uso del catalán, sin limitaciones de ningún tipo".
Además, piden "que colaboren con las instituciones de otros territorios de lengua catalana para optimizar recursos y reunir esfuerzos en una planificación lingüística coordinada que haga del catalán el idioma público común y de cohesión de la sociedad" y "que fomenten el catalán en la escuela haciéndolo útil, necesario y atractivo también fuera de los centros educativos”.
Entre las personas que firman el manifiesto destacan algunas como Albano Dante Fachin, Antonio Baños, Bel Olid, Clara Ponsatí, Dolors Sabater, Elisenda Paluzie, Quim Torra, Joel Joan, Jordi Borràs,, Josep-Lluís Carod-Rovira, Lluís Llach, Mireia Boya, Salvador Cardús, Salvador Cot y Vicent Parlal.