El director de la Fundació Xirinacs, Fèlix Simon, en declaraciones a e-noticies, ha defendido que Xirinacs no se suicidó, sino que "se dejó morir". "Él se preparó meticulosamente con todos los detalles para el momento final", ha explicado, para a continuación apuntar que "él se deja morir, se estira y reduce su actividad al mínimo". "Tenía experiencia, había hecho muchas huelgas de hambre", ha recordado en este sentido.
Simon también ha manifestado que "los resultados de la autopsia lo dicen muy claro: no ingirió ningún tipo de producto", y ha considerado que "lo que él hace es un acto de generosidad". "La versión que enseguida corrió es que se había suicidado. La autopsia tardó y alguien tuvo interés en hacer correr que se había suicidado".
El director de la Fundación Xirinacs ha reiterado que "fue una muerte natural". "Uno puede llegar a dejar su actividad y en cuestión de dos o tres días llega la muerte natural", ha expresado, para finalmente concluir que "sería un suicidio natural, defendiendo que todo el mundo tiene derecho a morir".
